domingo, 17 de marzo de 2013

CHISPAZOS PRIMAVERALES

A punto de llegar la primavera con su lujoso crisol de flores y camino de la Semana Santa, me gustaría dejaros algunos retazos de actualidad, vistos desde mi atalaya de bloguero que observa las noticias, a veces con alegría y otras con suma preocupación, pues el mundo moderno parece siempre empeñado en darnos unos sustos portentosos. Estos breves chispazos de actualidad tienen su principio en el nuevo Papa Francisco y terminan con las novedades relacionadas con Chesterton. Helos aquí.

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¡Habemus Papam! Para sorpresa de todos, ha sido elegido
como sumo pontífice el Cardenal argentino Jorge María Bergoglio, el cual ha querido ser llamado Papa Francisco, en homenaje al poverello de Asís. Creo que a todos, creyentes o no, nos embargó la emoción al ver aparecer al nuevo Papa, con tanta humildad y sencillez, pidiendo una oración para él y para su predecesor, Benedicto XVI. Ambos son hombres de Dios y de ambos está necesitada la Iglesia. Comienza, pues, un tiempo nuevo para la Iglesia, un tiempo para proseguir con las reformas emprendidas en el pontificado anterior y para darle a la Iglesia nuevo impulso. Confieso que me alegré mucho al saber la noticia. Ruego a Dios que bendiga tanto a Benedicto XVI como a Francisco.

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 En España, por desgracia, continúa campando a sus anchas la corrupción. Los casos de corruptelas se multiplican cada semana y parece que los ciudadanos cada vez confían menos en sus líderes políticos. En mi modesta opinión, el Gobierno de Mariano Rajoy no está sabiendo dar respuesta a este tema y se contenta con meras declaraciones para cubrir el expediente. Hace años que en España urge una clara y decidida regeneración del sistema político. Pero ni uno ni otro de los grandes partidos parecen estar dispuestos a emprenderla, con lo que los ciudadanos seguimos sumidos en la desconfianza y la frustración, lo que impide que el país se modernice realmente.

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Los buenos amigos de la Società Chestertoniana de Italia nos informaron del Encuentro chestertoniano en la ciudad de Roma, titulado "All Roads Lead to Rome", que tuvo lugar ayer mismo, 16 de marzo, en la Chiesa Nuova, a partir de las 10 horas y hasta la tarde. Dale Ahlquist, presidente de la American Chesterton Society, era uno de los invitados de honor. Estoy seguro de que el encuentro ha sido todo un éxito, además de una magnífica oportunidad para que ambas sociedades chestertonianas, la de Italia y la de América, hayan podido hermanarse aún más. Desde España hacemos llegar nuestra más sincera enhorabuena a los amigos de la Sociedad Chestertoniana de Italia y de América con el deseo de que sigan patrocinando el conocimiento de la vida y la obra de Chesterton.


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¡Una gran noticia para los amantes del Padre Brown! Para mí ha sido una maravillosa sorpresa descubrir que la cadena BBC One estrenó en enero de este año una serie con las aventuras del Padre Brown. La serie está protagonizada por Mark Williams, actor conocido por las películas de Harry Potter. Casi todos los capítulos están basados en los cuentos de Chesterton, aunque los autores de la serie, Rachel Flowerday y Tahsin Guner, han escrito algunos nuevos. La temporada ha tenido tanto éxito que ya se ha anunciado el rodaje de una segunda. Esperemos poder verla en España. De momento, os dejo un vídeo con el trailer de la serie, por si queréis echarle un vistazo, aunque en youtube pueden encontrarse todos los episodios de esta temporada.
 

miércoles, 13 de febrero de 2013

GRACIAS, BENEDICTO XVI (ELOGIO DE LA HUMILDAD)

Hay quien ha visto en la renuncia del Papa Benedicto XVI un gesto de debilidad, de flaqueza, de cobardía. En mi opinión, es todo lo contrario. Ha sido un gesto de fortaleza, de serenidad, de valentía. Hay que ser muy valiente para hacer lo que ha hecho Joseph Ratzinger.

Podría haber aguantado de forma terca, tozuda y estoica, contra viento y marea, sufriendo sus achaques y sufriendo al verse incapaz de soportar el mucho trabajo y la enorme responsabilidad que conlleva ser el vicario de Cristo en la Tierra.

El Papa ha meditado, pues es hombre reflexivo, de profunda vida interior; ha hablado a su corazón y a su conciencia y ha decidido libremente, de manera responsable y cabal. Ha pensado que lo mejor para la Iglesia católica en los albores del siglo XXI es ceder su puesto a otro pastor.

Los aficionados a las teorías de la conspiración no dejan de ver fantasmas por todas partes. Ya están especulando las más descabelladas explicaciones para la renuncia del papa. No hay que buscarle tres pies al gato. El papa Benedicto XVI se va porque está cansado, porque no se encuentra con fuerzas para afrontar los retos que conlleva guiar la nave de Pedro y desempeñar con todas sus capacidades el ministerio petrino. Nada más, no hay más misterio.

Con todo, los de siempre, los que solo ven a la Iglesia católica como la causante de todos los males del mundo, seguirán insistiendo en sus delirios anticlericales. Allá ellos. A su torpe, falaz y cegata visión de las cosas, se opone, en cambio, la actitud de un hombre humilde, deseoso de servir a los demás, juicioso, sensato y muy humano.

Confieso que me conmovió la noticia, me emocionaron las palabras del santo padre, en especial cuando pedía perdón por sus defectos. Nos ha dado una lección a todos, pues el suyo ha sido un gesto de humildad. Benedicto XVI sabe cuáles son sus fuerzas; sabe hasta dónde puede caminar y sabe que es mejor ser humilde, abandonarse en manos de Dios y confiar en Él.

Nos deja un asombroso e imborrable legado en sus escritos, en sus viajes y en todo su prolongado ministerio pastoral. Creo que ninguna persona, sea creyente o no, cuestionará la inteligencia, el hondo conocimiento de la fe y el amor que Benedicto XVI ha puesto en toda su vida como sacerdote. 

Su pontificado no ha sido un fracaso. No se va derrotado. Su decisión, tan llena de bondad, coraje y sinceridad, le honra. En realidad, su pontificado ha sido un triunfo: el triunfo de la razón y de la fe. Habría sido peor que, contra toda razón y al margen de la fe, hubiera aguantado por aguantar.

En un mundo en el que vemos a tantos potentados aferrarse a los sillones del poder, el gesto del papa Benedicto brilla por sí solo como ejemplo de sabiduría, de mesura, de buen juicio. No, no se ha equivocado el papa. Ha hecho bien, ha hecho lo correcto, lo que su conciencia le dictaba. Y eso es lo mejor que un hombre, sea cual sea su trabajo, puede hacer.

Desde estas modestas y pobres páginas chestertonianas, considero obligado darte las gracias, Benedicto XVI. Porque tu decisión no es signo de cobardía, sino de valor; no es signo de debilidad, sino de fortaleza; no es signo de soberbia, sino de humildad.

Ruego a Dios que bendiga a Benedicto XVI y que bendiga a su sucesor, para que el Espíritu Santo siga guiando la nave de Pedro y se cumpla la voluntad de Dios.

Que Dios os bendiga a todos, amigos, y Nuestra Señora os proteja siempre.