domingo, 23 de diciembre de 2012

GILBERT, EL BUEY, LA MULA Y... ¡FELIZ NAVIDAD!



Queridos amigos:


En ocasiones pude presentaros algunos poemas navideños de Gilbert Keith Chesterton: los tiene muy hermosos, e invito a los interesados a que recorran las páginas de diciembre de años pasados. A veces os traje esos poemas con las palabras chestertonianas del original, acompañados de alguna osada versión mía, o mejor y más cuidada de buenos traductores al castellano, pues lo mío, lo que hago y perpetro es muy mala prosa, aún peor poesía.
 

En efecto, en años anteriores de la breve historia de la Sociedad Española de Amigos de Chesterton -y de este blog mío y vuestro, que nació antes que ella pero es ahora hijo suyo-, tuve muchos más ratos libres que este año para, en varios días y con mucha calma, dulzura y cuidado, poder preparar algo digno de vuestra amable lectura, ya que actualmente no están los tiempos como para perder tiempo... No pude este año; ya me disculparéis.


Os ofrezco, a cuento de la falsa polémica en torno 'al buey y la mula', al hilo del precioso libro de Su Santidad, el Papa Benedicto XVI, Joseph Ratzinger, sobre La infancia de Jesúsos ofrezco -digo- esta entrada, tan pobre de ingenio como falta de brillo y de sustancia. Chesterton le dedicó un original y profundísimo libro a Jesús, y al ser humano (El Hombre Eterno); también en otras muchas páginas habló de Él, como en su Ortodoxia -cosa inevitable en un escritor católico que se precie de serlo y defienda a su Dios, su Iglesia y su Fe con tanto ardor, coraje y valentía como hizo nuestro amigo.
 

Pero no Le dedicó biografía en sentido formal, a diferencia de Giovanni Papini, que sí lo hizo, con palabras dignas de enmarcar. Pero Chesterton compuso, al poco de su conversión, dos de las mejores biografías jamás escritas sobre dos hombres de Dios, de Iglesia, de Razón y de Fe. 
 

Una es la de San Francisco de Asís (St.Francis of Assisi, de 1923, justo al año de su conversión al Catolicismo); la otra, la de Santo Tomás de Aquino (St. Thomas Aquinas, de 1933, que al decir del experto Étienne Gilson es la mejor biografía jamás escrita sobre el autor de la Summa Theologica), santos ambos a los que admiraba y quería mucho. Hablaremos de esas biografías en detalle en cuanto sea posible.



Pero, al hilo de la polémica inventada sobre esa supuesta crítica del Papa Benedicto XVI a la ausencia de la mula y el buey en nuestros tradicionales belenes, donde los colocamos desde hace tantos siglos -los que han criticado al Santo Padre es que no han leído su libro ni por el forro, seguro- y antes de poner la tarjeta navideña con la que me gustaría desearos que viváis unas felices fiestas en familia, os pido que leáis, cuando podáis, esas dos biografías de Chesterton sobre San Francisco de Asís y Santo Tomás de Aquino.


En ellas también trata, a su original y paradójico modo, sobre “el buey y la mula”, o para decirlo más exactamente, sobre el buey y el burrito, pues en su pensamiento simbólico y siguiendo a tan admirables, devotos y heroicos santos medievales, imaginó que Santo Tomás representaba o prefiguraba al buey del Belén (es sabido que al santo de Aquino, en sus tiempos universitarios con S. Alberto Magno, le llamaban 'El buey mudo de Sicilia') e imaginó que San Francisco de Asís, a quien debemos la moderna composición de todos los Belenes cristianos católicos, se figuró o representó a posteriori como esa mula o ese burrito que vemos en todos los Belenes, y luego en el burrito, a lomos del cual San José y Nuestra Señora, Santa María escaparon a Egipto o en ese otro burrito en que se montó el propio Jesús para ser gloriosa y santamente recibido en Jerusalén en el Domingo de Ramos.




¡FELIZ NAVIDAD, FELICES FIESTAS, y que el 2013 sea un próspero y venturoso año para ti, tus familiares y amigos!
 

Desde esta pobre página, pobre y humilde, a imagen del pesebre de Belén, os deseo salud, paz, amor y armonía. Que nazca en los corazones de todos el Niño de Belén,
que nos colme Su Alegría,

que nos bendiga Su Amor

y nos llene de Su Gracia.



Ya que era llegado el tiempo                   
en que de nacer había,                               
así como desposado                                   
de su tálamo salía,                                        
abrazado con su esposa,   
que en sus brazos la traía;
al cual la graciosa Madre
en un pesebre ponía,
entre unos animales
que a la sazón allí había.

( S. Juan de la Cruz)


sábado, 15 de diciembre de 2012

GILBERT K. CHESTERTON: LA SABIDURÍA DEL PADRE BROWN (1)

Se va acabando 2012 y no hay señales de que vaya a cambiar nada, ni ningún calendario maya, por muy preciso y exacto que sea, será motivo de mudanza alguna. Es que hay agoreros y falsos augures que, sea por lo que sea, se deleitan en vendernos milongas. O se las compramos sin darnos cuenta. Sea de ello lo que fuere, mejor terminemos 2012 en este blog con algunas entradas, las que podamos, las que nos deje escribir el día a día. 

Antes de que termine 2012, quisiera dedicarle una, al menos, a la siguiente serie de relatos del Padre Brown, criatura o ente de ficción imaginada por Gilbert Keith Chesterton y que ya forma parte del imaginario colectivo de varias generaciones de europeos, americanos, etc. 

Por cierto que no he de olvidar que esta serie sobre los cuentos del Padre Brown está dedicada a nuestro amigo Alejandro, de Venezuela, cuyo blog de los Chocolates para Lucía, merece la pena leer, si es que los calendarios -mayas o no, agobiados o descansados- permiten que podamos disfrutar de sus breves, profundas e intensamente literarias entradas. 

El libro de maravillosos cuentos policiales que siguió a El candor del Padre Brown (The Innocence of Father Brown), compuesto desde 1910 pero publicado en forma de libro en 1911, se titula La Sabiduría del Padre Brown (The Wisdom of Father Brown, 1914), aunque en español se ha traducido también con el título de "La sagacidad del Padre Brown".


Prefiero la primera versión, pues sagacidad se aplica a un tipo especial de sabiduría, la del que analiza las cosas con perspicacia. Sabiduría que a Chesterton le sobraba, que rezuma su literario personaje y que se derrocha por doquier en las páginas de cada cuento, de cada página suya, que 'encierra una felicidad', al decir de Jorge Luis Borges.

De ambas series de cuentos, la mejor traducción -según me parece- es la de don Alfonso Reyes, escritor mexicano de indudable talento y muy buen crítico literario, de quien alguna vez hemos hablado en este blog y cuyas obras admiro por explicar excelsamente los detalles, los caracteres y los aspectos de mayor relieve en muchos autores, obras y tendencias literarias que deleitan mis días y acompañan mis soledades. Reyes fue un escritor admirable, tal vez el que mejor haya captado y traducido al castellano el original inglés. 

Chesterton continúa las maravillosas aventuras del aparentemente ingenuo, candoroso y muy observador Padre Brown que, acompañado por su fiel amigo y escudero, el francés Monsieur Flambeau -ahora reconocido detective privado y experto en recuperación de joyas robadas-, se enfrentan a los más dispares y amenos problemas, desde "El paraíso de los ladrones" a un 'cuento de hadas', hasta "La ausencia del Sr. Glass" o el extraño asunto del 'hombre del pasaje'. 

Los nuevos doce cuentos que Gilbert Keith Chesterton hubo de ingeniar e inventar para su amable y distraído personaje se constituyen, de nuevo, en un goce magnífico y un buen disfrute para sus lectores, que cada vez solicitaban con mayor empeño conocer las nuevas andanzas del entrañable curita chestertoniano, ese curita con cara de luna, con el paraguas en ristre, su pipa en la boca, y los ojos soñolientos pero siempre vivos y alerta ante cualquier suceso inexplicable, raro o extravagante. Ese curita que prefiere salvar el alma del criminal antes que juzgarle, condenarle y mandarle a la cárcel.

Sirvan estas apresuradas palabras como aperitivo al plato principal... En la próxima entrada -que espero poder escribir en breve-, analizaremos cada uno de los cuentos que forman La Sabiduría del Padre Brown.


Me anticipo a otras páginas que irán apareciendo en este blog y hoy quiero desearos una... ¡FELIZ NAVIDAD! Que el nuevo año de 2013 venga repleto de buenas noticias para todos vosotros.

Dios os bendiga, queridos chestertonianos, y que Nuestra Señora, la Virgen, os proteja siempre y en todo lugar. Hasta pronto.