miércoles, 29 de diciembre de 2010

LA CASA DE NAVIDAD

Amigos chestertonianos: a pesar de cierto retraso, debido a los continuados e ineludibles compromisos, comidas y cenas navideñas, quisiera felicitaros la Navidad y desearos que estéis pasando unos felices días de fiesta, celebrando la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo en compañía de vuestras familias y amigos, así como pido a Dios que os depare un venturoso año 2011. Pido en especial por aquellos que no tienen nada, por los pobres, por los enfermos, los tristes y desconsolados, para que les demos alimento, compañía, consuelo y calor humano. En ellos se refleja una vez más la forma humilde y sencilla en que Nuestro Señor quiso nacer en la Tierra. Por esto que os digo, rebuscando entre los poemas de nuestro querido Gilbert Chesterton, encontré uno muy a propósito sobre la Navidad, sobre el Nacimiento en Belén y con el tema de 'los sin techo', los sin hogar. Os ruego que no tengáis en cuenta las faltas de mi pobre traducción y espero que os guste y os haga reflexionar sobre las personas que, durante estas fiestas, no tienen nada, ni hogar ni gente que les quiera o comparta con ellos una comida. Os dejo el poema en inglés, seguido de su traducción al castellano, con el deseo de que viváis intensamente estos días de Navidad:


THE HOUSE OF CHRISTMAS

There fared a mother driven forth
Out of an inn to roam;
In the place where she was homeless
All men are at home.
The crazy stable close at hand,
With shaking timber and shifting sand,
Grew a stronger thing to abide and stand
Than the square stones of Rome.

For men are homesick in their homes,
And strangers under the sun,
And they lay on their heads in a foreign land
Whenever the day is done.
Here we have battle and blazing eyes,
And chance and honour and high surprise,
But our homes are under miraculous skies
Where the yule tale was begun.

A Child in a foul stable,
Where the beasts feed and foam;
Only where He was homeless
Are you and I at home;
We have hands that fashion and heads that know,
But our hearts we lost - how long ago!
In a place no chart nor ship can show
Under the sky's dome.

This world is wild as an old wives' tale,
And strange the plain things are,
The earth is enough and the air is enough
For our wonder and our war;
But our rest is as far as the fire-drake swings
And our peace is put in impossible things
Where clashed and thundered unthinkable wings
Round an incredible star.

To an open house in the evening
Home shall men come,
To an older place than Eden
And a taller town than Rome.
To the end of the way of the wandering star,
To the things that cannot be and that are,
To the place where God was homeless
And all men are at home.


LA CASA DE NAVIDAD

Allá a lo lejos fue conducida una madre
De una posada para vagar;
A un lugar donde, mientras ella no tiene techo,
Todos los hombres están en su hogar.
El loco establo queda muy cercano,
Con madera que tiembla y arena que se mueve,
Creció para soportar y permanecer de pie algo más fuerte
Que las cuadradas piedras de Roma.

Nostálgicos los hombres en sus casas,
Y forasteros bajo el sol,
Reposan sus cabezas en una tierra extraña
Cuando el día ha terminado.
Aquí se dan la batalla y los ojos ardientes,
Y la fortuna y el honor y la gran sorpresa,
Pero nuestras casas viven bajo cielos milagrosos
Donde comenzó el cuento del solsticio invernal.

Un Niño en un despreciable establo,
Donde las bestias se alimentan y respiran;
Sólo en aquel lugar donde Él tampoco tiene techo
Mientras usted y yo estamos en nuestro hogar;
Tenemos manos que trabajan y cabezas que saben,
Pero perdimos nuestros corazones- ¡oh, hace cuánto tiempo!
En un lugar que ningún mapa ni barco pueden mostrar
Bajo el enorme edificio del cielo.

Este mundo es salvaje como cuento de viejas comadres,
Y es extraño que las cosas sean tan sencillas,
Porque la tierra es mucha y el aire, suficiente,
Para nuestro asombro y nuestra guerra;
Nuestro descanso es tan lejano como el dragón inquieto,
Y ponemos nuestra paz en cosas imposibles
Donde sonaron atronadoras alas inconcebibles
Alrededor de una increíble estrella.

A una casa abierta por la tarde
El hogar al que los hombres han de llegar,
A un lugar más viejo que el Edén
Y una ciudad más alta que Roma.
Al final del camino de la estrella errante,
A las cosas que no pueden ser y, sin embargo, son,
Al lugar donde Dios estaba sin techo
Y en el que todos los hombres encuentran su hogar.

¡FELIZ NAVIDAD A TODOS! 
¡Que Dios os bendiga y viváis un FELIZ 2011, en compañía de todos vuestros seres queridos! 
Desde estas humildes páginas, brindamos por vosotros y os deseamos que los Reyes Magos os traigan, además de muchos regalos, lo mejor: alegría, salud, paz y amor. 
Hasta pronto, amigos.

martes, 14 de diciembre de 2010

SOBRE SAN JUAN DE LA CRUZ

El blog de la SOCIEDAD CHESTERTONIANA DE ESPAÑA se complace en presentaros un sencillo homenaje a san Juan de la Cruz, Patrón de los Poetas de Lengua castellana, Doctor de la Iglesia, escrito por la esposa del administrador de estas páginas. Ella ha redactado una tesina maravillosa dedicada al santo de Fontiveros (Ávila), “san Juanillo”, como ella lo llama. De su tesina extraemos un fragmento que estamos seguros de que os gustará. Leedlo, merece la pena:

No debe imaginarse a san Juan de la Cruz como un hombre entregado con ardor a la aventura de la palabra. No debe tampoco prefigurarse la imagen de un monje bibliófilo enfrascado en la lectura constante de obras de erudición profunda. San Juan era un hombre sencillo de gustos sencillos, amante de la vida que sentía como regalo de Dios. Y como amante de la vida que era, amaba cada palabra que escuchaba o que leía, lo mismo que amó sus laderas y sus montes, sus valles solitarios o sus ínsulas de extraña fantasía. 

Examinado en el amor, materia en la que jamás existió un experto tan notable, no quiso adoptar la vía mística del silencio sino que su corazón rebosante le empujó a compartir con sus hermanos la gracia de la que Dios le hizo merecedor.

No muy distinta de la de otros hombres de letras renacentistas debió ser la formación de san Juan. Su etapa universitaria le marcó el sendero de la filosofía y la teología. 

En la Biblia supo encontrar la misma inspiración transformadora que encontrara Petrarca antes que él, y a la vez, fue la tabla de náufrago que lo salvó en mil ocasiones de la herejía. Fue su punto de cordura en el delirio y su norte sereno cuando su discurso se transformaba en laberinto intransitable. 

Gozó con la dulzura del verso petrarquista, con la sonora voz de Garcilaso o Nemoroso y con la sabiduría secreta de Fray Luis. Y escuchó –y los hizo suyos– los cantos de la gente sencilla como él, porque en la simplicidad de su palabra encontró la pureza de la expresión del corazón.

En san Juan conviven todas estas realidades literarias por igual. Y todas ellas confluyen hacia el mismo centro. Para san Juan no existe nada vacío de sentido, todo transformaba la permeabilidad de su alma y en todo halló un camino despejado hacia la trascendencia.

Aunque su formación no distara mucho de las de los hombres de su tiempo, su personalísima voz y su forma de construir lo convierten en un producto atípico, atemporal y aislado. San Juan parece un romántico iluminado en un mundo de hormas petrarquistas. Quizá como ningún otro encontró una vena alucinante que lo conectaba con lo más profundo y elevado de sus entrañas. 

Nunca temió salirse de los moldes, nunca los moldes le sirvieron para ningún propósito. No bebió de las fuentes como sus contemporáneos, sino que en ellas halló un dulce refrigerio para su imaginación. Nunca imitó a nadie que no fuera Cristo. Nada le detuvo porque su amor no estaba en este mundo, y la vía a recorrer aún era larga. Sólo tomó aquello que necesitó de todo lo que aprendió durante su vida, aunque algunos ecos estén siempre presentes en sus escritos y destilen el perfume sabroso del Cantar que más amó.

San Juan fue un alquimista de la palabra, de sus significantes y sus sentidos, y de la tradición y la sabiduría antigua. En su laboratorio poético convivían por igual las imágenes recobradas de sus experiencias extáticas de meditación, la naturaleza, recreada y recreadora que condujo sus pasos entre los versos del Cántico, el magisterio platónico y el neoplatonismo antiguo y renacentista, las palabras inflamadas de la charla cotidiana con Teresa o con Ana. 

Todo eso supo, como nadie, transformarlo en el discurso sereno de su corazón. En san Juan, Platón no suena a Platón, suena a san Juan, Garcilaso parece un creacionismo, las coplas de labranza son coplas de huerto o de caverna, y la Biblia rezuma a texto nuevo de grata reescritura. 

Espero que os haya gustado este texto escrito por mi esposa, con tanto amor y tanta sabiduría. Le doy las  gracias a ella por permitirme publicar parte de su tesina y a vosotros, por leerlo y comentarlo. Os deseo lo mejor. Que Dios os bendiga y hasta la próxima.

jueves, 9 de diciembre de 2010

CHISPAZOS INVERNALES

Estos días sufrimos los rigores del invierno con la paciencia que Dios ha dado a cada cual, entre las deliciosas nieves y las lluvias excesivas, aunque siempre deseables porque ya se sabe que en verano la pertinaz sequía azota a nuestro país de forma inmisericorde. Espero que halléis un lugar cómodo y calentito donde podáis cobijaros para, a gusto y sin prisas, leer si os apetece estos chispazos invernales de actualidad. Acomodaos en vuestro asiento. Allá vamos.

* * * * * * *
La huelga de los controladores aéreos ha servido de excusa al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para decretar un Estado de Alarma, cosa que no había ocurrido nunca en la España democrática. ¿Era necesario decretarlo? ¿Era justa la huelga de los controladores? ¿Hasta qué punto estamos siendo manipulados por el Gobierno y sus medios de comunicación afines? Para responder a estas preguntas hay opiniones para todos los gustos. Lo que está claro es que la huelga la ha sufrido mucha gente (hasta el propio Mariano Rajoy, atrapado en Lanzarote) y que el Gobierno ha reaccionado, en mi humilde opinión, de manera desmedida, aunque la huelga de los controladores también era claramente abusiva y salvaje. Pero entonces el Gobierno de ZP ¿por qué no hizo lo mismo con la huelga del transporte público en Madrid? ¿Es que necesitaba un golpe de efecto? Hoy en el Congreso Zapatero ha argumentado que decidió decretar el Estado de alarma porque la situación era calamitosa. Su gestión política bien merecería esa misma calificación. Veremos en los meses siguientes el alcance de esta decisión y si el Gobierno ha acertado con ella o se ha equivocado una vez más.

* * * * * * *

Las últimas encuestas de El País y La Razón han pintado un futuro muy negro para el PSOE. Parece que, de celebrarse en estos días, el partido del Gobierno se llevaría un batacazo monumental. Y no es que se deba a que el PP esté haciendo una oposición ágil, ilusionante y dinámica. No, porque el PP más bien parece haberse instalado en la actitud del que, cansado de odiar a su enemigo, se sienta tranquilamente a la puerta de su casa mientras espera ver pasar delante de ella el féretro con el cadáver de su rival. Rajoy no está haciendo prácticamente nada para merecerse una mayoría absoluta, pero como el PSOE siga ejerciendo tan mal el poder, la obtendrá sin duda alguna. Los ciudadanos están hartos de ambos líderes, están hastiados de la incompetencia de Zapatero y de la inacción de Rajoy. Posiblemente gane el PP las próximas elecciones generales, pero yo no lo tengo tan claro. No hay que dar por muerto a nadie nunca, ni siquiera al "mago" de la Moncloa, al funambulista de las fotos útiles y de las decisiones inútiles. Por cierto, ¿habrá adelanto electoral? ¿Nos rescatará la Unión Europea? ¡No se vayan, que aún hay más!

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Las pasadas elecciones en Cataluña han sellado el triunfo del señor Artur Mas, y era ya la tercera vez que intentaba el asedio a la Generalidad. A la tercera va la vencida, dicen. De momento, parece que no necesitará grandes apoyos. Lo que me preocupa de Mas es que no creo que vaya a ser mejor que Montilla para Cataluña y, desde luego, no será mejor que él para el resto de España. Seguirá oyéndose la cantinela del separatismo y del independentismo, y nos darán la matraca con el aniversario del 2014. También es preocupante que un hooligan del fútbol y de la política como Laporta haya logrado 4 escaños en el Parlamento catalán. Y me preocupa lo que ha dicho Guardiola, entrenador del Barcelona, hace poco: que ellos son de un pequeño país de allá arriba... ¿Pequeño país? ¿Qué país? No, señor Guardiola, aquí no hay más país que España. ¡Olvídense de una vez por todas del sueño iluso de los "Països Catalans"!

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Y para concluir, el "Chesterchispazo". Seguimos preparando la legalización de nuestra Sociedad Chestertoniana. Estamos muy ilusionados, aunque vayamos muy despacio con la redacción de los estatutos y el papeleo. No podemos dar una fecha fija sobre el tema pero esperamos que, entre finales de año y primeros del año que viene, esta Sociedad pueda quedar legalizada y constituida dentro del ámbito general de las asociaciones culturales. Será entonces el momento de daros la buena noticia, de presentaros los estatutos, con los fines esenciales de esta Sociedad Chestertoniana, y de pediros que, si os apetece, forméis parte de ella como socios de pleno derecho. También es posible que entonces inauguremos una página web propia, para desarrollar mejor los objetivos de la asociación. Ojalá pronto podamos anunciaros que el papeleo ha terminado y que ha nacido la Sociedad Chestertoniana de España.

Hasta entonces, cuidaos mucho. Os damos la gracias por vuestra paciencia al leer estas líneas y, como siempre, os deseamos lo mejor. Que Dios os bendiga y hasta la próxima.

jueves, 2 de diciembre de 2010

LA COSA

Asombra ver cómo no dejan de aparecer nuevas traducciones y ediciones de libros de G. K. Chesterton en España. Uno de los últimos acaba de salir en septiembre de 2010 y se titula La cosa y otros artículos de fe (The Thing), publicado por la editorial Espuela de Plata, con edición y prólogo de Enrique García-Máiquez y traducción del propio García-Máiquez y Aurora Rice. Por cierto que García-Máiquez escribe un blog, Rayos y truenos, realmente bueno e interesante. Os recomiendo que lo visitéis.

The Thing (traducido literalmente como La cosa) es un libro de ensayos que Chesterton escribió en 1929, justo siete años después de convertirse al catolicismo. El prologuista acierta a aclarar que 'la cosa' se refiere precisamente al meollo de la cuestión, al centro del tema de la fe católica. Pero no sólo toca el asunto religioso desde la peculiar perspectiva de Chesterton, sino que aborda una innumerable cantidad de temas, desde la política a las artes pasando por la economía o la literatura. Y ello es así por la vasta cultura del autor y porque le gustaba referirse a muchos temas relacionados de un modo u otro con la fe, la razón o la religión. 

Este libro recoge artículos ('artículos de fe' lo han llamado los editores) que Chesterton fue componiendo en diversos momentos de su vida. Algunos tratan explícitamente de su conversión, otros se refieren al catolicismo y en todos alienta el espíritu bondadoso, humorístico y paradójico de su autor. 

Hay dos artículos que se titulan exactamente "¿Por qué soy católico?", donde explica las razones de su conversión. Justo al principio del primero dice Chesterton: "Explicar por qué soy católico es difícil: existen diez mil razones que suman una sola razón: que el catolicismo es verdad". Y concluye ese ensayo con estas sabias palabras: "Pero la Iglesia no es un movimiento sino un lugar de encuentro. El lugar de reunión de todas las verdades del mundo". 

Otro artículo se titula "Mis seis conversiones", y en él, con el humor que le caracteriza, explica que en los últimos años ha visto cosas que le hubieran hecho convertirse al catolicismo si no fuera porque ya lo era. El ensayo está dividido en siete partes: "La religión de los fósiles" (las nuevas religiones, pero nacidas hace 300 ó 400 años); "Cuando el mundo se dio la vuelta" (sobre la 1ª Guerra Mundial); "La rendición en cuanto al sexo" (sobre el matrimonio y el divorcio); "El problema litúrgico" (sobre la liturgia, la iglesia anglicana y la anglo-católica); "El hundimiento del materialismo" (sobre el Dr. Forsyth y el materialismo moderno); "El caso de España" (sobre la historia de nuestro país, que Chesterton conocía bien: en concreto, habla de las elecciones generales de 1933 y la revolución de Asturias) y, finalmente, "El pozo y los charcos" (sobre la democracia, la fe y los problemas del mundo moderno, a modo de conclusión).

El libro se completa con ensayos tan sugestivos, amenos e interesantes como "Tres enemigos de la familia", "Vuelve el César", "Budismo y cristianismo", "Santo Tomás Moro" o "Santo Tomás de Aquino", entre otros. Por su originalidad, por la incontrovertible fuerza de sus valores y de sus ideas, por el humor que destila y por su defensa de la fe católica y de la verdad, merece mucho la pena acercarse a este libro, sean nuestras creencias las que sean, incluso si somos ateos encontraremos aspectos de interés en este libro.

Espero haber llamado vuestra atención en torno a este nuevo libro de Chesterton que, por cierto, va acompañado de notas aclaratorias muy ilustrativas sobre personajes de la época del autor. Y espero haber picado vuestra curiosidad hasta el punto de conseguir que os acerquéis a su lectura, si tenéis tiempo y ganas, dado que el vertiginoso mundo actual apenas nos deja espacio para disfrutar de los buenos libros, y éste, sin duda, lo es.

Que Dios os bendiga y la Virgen os proteja siempre. Hasta pronto, amigos.

miércoles, 27 de octubre de 2010

MÁS LITERATURA FANTÁSTICA

Espero que los pocos o muchos lectores que se dejan caer por estas páginas -algo que les agradezco enormemente- no vayan a cansarse de leer una entrada más sobre literatura fantástica que, en realidad, es como una continuación o una segunda parte de la entrada anterior. Estoy convencido de que a los aficionados a este tipo de literatura les resultará muy atractiva esta nueva entrada y aguardo con indulgencia el veredicto de aquellos a los que lo fantástico no les llame demasiado la atención.

Hoy deseaba hablaros de otra selección antológica de relatos y prosas con el denominador común de lo fantástico, lo sobrenatural o lo mágico y maravilloso. Ese libro se titula Antología de la literatura fantástica, y fue compilado por Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo, los tres autores argentinos y los tres amantes de este tipo de ficción novelesca. Esta antología puede encontrarse en la editorial Edhasa-Sudamericana, fue publicada en 1940 y reeditada en los años setenta, época en que el género se hallaba muy de moda. 

La antología se abre con un prólogo a modo de introducción teórica al género. En esas páginas preliminares los autores de la recopilación aportan los datos esenciales sobre la historia de las narraciones fantásticas y su técnica, además de justificar la selección de autores y fragmentos que se ofrecen. Los propios autores explican cómo y cuándo les surgió la idea de realizar esta obra: 

"Una noche de 1937 hablábamos de literatura fantástica, discutíamos los cuentos que nos parecían mejores; uno de nosotros dijo que si los reuniéramos y agregáramos los fragmentos del mismo carácter anotados en nuestros cuadernos, obtendríamos un buen libro. Compusimos este libro. Analizado con un criterio histórico o geográfico parecerá irregular. No hemos buscado, ni rechazado, los nombres célebres. Este volumen es, simplemente, la reunión de los textos de la literatura fantástica que nos parecen mejores. Omisiones. Hemos debido resignarnos, por razones de espacio, a algunas omisiones. Nos queda material para una segunda antología de la literatura fantástica. Deliberadamente hemos omitido: a E. T. A. Hoffmann, a Sheridan Le Fanu, a Ambrose Bierce, a M. R. James, a Walter de la Mare". 

En efecto, los excluidos son nombres célebres de la literatura fantástica y habrían merecido figurar en la antología, pero ese es el gran defecto de toda antología: que implica una criba en la que no cabe todo lo que nos gustaría meter. No obstante, los autores y obras seleccionados son suficientemente buenos y representativos como para que el lector se haga una idea bastante aproximada de los grandes hitos del género.

Entre esos autores seleccionados hay de casi todas las épocas y de casi todos los países. En su inclusión se notan las debilidades de Borges, Bioy y Ocampo, pero su gusto es decididamente válido y no defraudará a ningún lector, por muy exigente que sea. En las páginas de este libro se dan cita autores de la literatura oriental (como Rynosuke Agutagawa, Chuang Tzu, Tsao Hsue-Kin o Wu Ch'eng En), de la literatura árabe (el clásico de las Mil y una noches), de la literatura inglesa (como Max Beerbohm, Thomas Carlyle, Lewis Carroll, G. K. Chesterton, James Joyce, Rudyard Kipling o H. G. Wells, entre otros), de la literatura francesa (como Jean Cocteau, Villiers de l'Isle-Adam o Guy de Maupassant), de la literatura española (como Ramón Gómez de la Serna, Don Juan Manuel o José Zorrilla) y de las literaturas de hispanoamérica, especialmente de la narrativa argentina (como Bioy, Borges, Julio Cortázar, Leopoldo Lugones o la propia Silvina Ocampo), además de incluir relatos o prosas de autores alemanes (Franz Kafka), norteamericanos (Edgar Allan Poe), o italianos (Giovanni Papini), por citar las naciones de las que aparecen más muestras en esta singular antología.

Merece mucho la pena leer este libro, por innumerables razones, siendo la principal de ellas la altísima calidad que atesoran todos los cuentos y fragmentos reunidos. En ella podremos encontrar historias de fantasmas, de hechos sobrenaturales, de mundos mágicos o imposibles, de miedo, de intriga, o de suspense. Hay, pues, para todos los gustos, dentro del vasto campo que denominamos 'fantástico'. Todos son admirables, pero si he de elegir alguno, tal vez me quede con "El cuento más hermoso del mundo", de Rudyard Kipling, por ser una historia realmente maravillosa, muy sugestiva y que le encantará a cualquier lector que se acerque a ella.

Espero no haberos cansado con esta nueva entrega sobre literatura fantástica. Prometo no volver a hablar de este tema, salvo que a alguno de vosotros os interese tanto como para hacerme reincidir en el asunto. Os recomiendo que leáis este libro. Y para ello, os dejo aquí un enlace sacado de internet donde podréis encontrar la antología completa. Pinchad en Antología de la literatura fantástica, y os llevará a una página argentina con textos en línea donde podréis leer la antología completa.

Nada más, amigos. Gracias por vuestra paciencia. Os deseo lo mejor: que paséis unos días felices y disfrutéis de estos relatos fantásticos, ahora que vamos a celebrar el Día de Todos los Santos y Difuntos, fiestas tan propicias para la literatura de miedo, de terror y de lo sobrenatural.

Que Dios os bendiga y hasta muy pronto, amigos.

domingo, 3 de octubre de 2010

ESPAÑOLES FANTÁSTICOS

Conversaba hace unos días con un buen amigo mío y, como no podía ser de otra forma, salió el tema del blog. Me dijo que le gustaba mucho el mío, así como yo le comenté cuánto admiro lo que él escribe, pero me puso una pequeña tacha y es que siempre hablemos aquí de Chesterton, o como mucho, de los autores ingleses de su tiempo. 

Claro, siendo un blog homenaje a Chesterton, es inevitable que hable de él en casi todos los post, pero algo de razón tenía mi amigo y no era el primero que me criticaba ese tema. Por eso fue por lo que en su día escribí dos entradas dedicadas a las obras de Pedro Antonio de Alarcón

Visto que a este buen amigo mío le gustaría que aquí se tratara de otros autores, me he decidido a volver a nuestras letras, de las cuales tanto podemos preciarnos los españoles ya que poseemos una de las literaturas más ricas y artísticas de todo Occidente.

En esta ocasión, he decidido que puede ser buen argumento para un post el tratar de los autores españoles de literatura fantástica. Sí, como lo oyen: no sólo existen Poe, Machen o Lovecraft, también hay excelentes muestras del mundo de la fantasía, el terror y lo sobrenatural en nuestra literatura. 

Hace años leí con auténtica fruición un estupendo volumen que recoge algunos de los mejores relatos fantásticos escritos por autores hispánicos. Es la Antología española de Literatura fantástica, publicada por la editorial Valdemar en 1996. Este grueso volumen contiene más de 100 relatos de autores españoles (y algún hispanoamericano) que son auténticas joyitas de nuestra literatura, aparentemente más dada a la descripción del mundo real que a la de los mundos sobrenaturales.

La antología, recopilada por Alejo Martínez Martín, es una muestra muy completa de lo que se ha producido en nuestra lengua en el ámbito de lo fantástico. Además, supone un recorrido histórico por nuestra literatura, pues abarca desde un fragmento de la prosa de Alfonso X, el Sabio, hasta Gonzalo Suárez, el famoso director de cine. En sus páginas podemos encontrar verdaderos clásicos de lo fantástico en nuestra literatura, como el cuento "De lo que aconteció a un deán de Santiago con don Illán, el Gran Maestre de Toledo", de don Juan Manuel, que era uno de los relatos favoritos de Jorge Luis Borges

También contiene fragmentos del Amadís de Gaula, del Tirant Lo Blanch y del Quijote, de Cervantes. Un relato de Lope de Vega, fragmentos de Feijoo, Cadalso, Espronceda, Bécquer, Alarcón o de la Pardo Bazán, gran aficionada al género de los fantasmas. También aparecen, como no podía ser de otra forma, relatos de Leopoldo Alas "Clarín" y de Rubén Darío.

Entre los autores del siglo XX figuran Valle-Inclán, Unamuno, Baroja, Azorín, Alberto Insúa, Wenceslao Fernández Flórez, Pedro Salinas, Rosa Chacel, los gallegos Rafael Dieste, Ánxel Fole, Álvaro Cunqueiro y Gonzalo Torrente Ballester, o los más cercanos a nuestros días, Alonso Zamora Vicente, Antonio Mingote o Gonzalo Suárez. Es evidente que no están todos los que son, pero son todos los que están.

Todos los cuentos y fragmentos en prosa del libro merecen la pena ser leídos, aunque si me pedís que elija entre los que encuentro mejores, pues os diré que en mi humilde opinión los de don Juan Manuel, Bécquer, Alarcón, Darío y Cunqueiro son mis preferidos, sin que ello quiera decir que los otros no me gusten. Como digo, todos son excelentes para leer en una de estas tardes de otoño en que el mal tiempo no nos deja salir a pasear y todos son gozosas muestras del arte de narrar una historia fantástica.

Espero que os haya entretenido esta breve reseña. Convencido estoy de que, si leéis el citado libro, os gustará mucho. Que paséis una feliz semana y que Dios os bendiga. Hasta muy pronto, amigos.

martes, 28 de septiembre de 2010

EL CORAZÓN HABLA AL CORAZÓN

Ahora que han pasado unos días desde que su santidad el Papa Benedicto XVI ha realizado su viaje al Reino Unido, puede ser un buen momento para hacer un breve balance de esta visita. De entrada, ha constituido un viaje histórico, ya que ha sido el primer Papa de la Iglesia católica que visita las islas británicas invitado oficialmente por la reina Isabel II de Inglaterra, ya que Juan Pablo II estuvo en Reino Unido, pero en visita pastoral y no oficial. 

El Papa ha viajado a Reino Unido bajo el lema "El corazón habla al corazón", que precisamente era el emblema del Cardenal John Henry Newman (1801-1890), famoso por su conversión a la Iglesia católica en 1845, y que en este viaje ha sido beatificado por el Papa Benedicto XVI en la ciudad de Birmingham. 

A los dos personajes, Newman y Ratzinger, les unen muchas cosas: su decidida fe en Jesucristo, su fervor y preparación intelectual y su confianza en la Iglesia católica. No es difícil imaginar que la conversión de Newman en la Inglaterra del siglo XIX debió provocar gran escándalo y revuelo, pero el que fuera presbítero anglicano conocía a la perfección la historia de la Iglesia y uno de sus anhelos era la vuelta de la Iglesia de Inglaterra al seno católico.


Tras la conversión de Newman al catolicismo, hubo otras muchas en Inglaterra, entre ellas la de nuestro querido amigo Chesterton, al cual le apasionaba la figura y la obra del Cardenal Newman, hasta el punto de considerarlo como todo un modelo de conducta y de vida. Estas conversiones llegan hasta hoy: baste recordar la del ex-primer ministro Tony Blair, entre otros. Y es que muchos fieles anglicanos, ante la desmedida y revolucionaria liberalidad de la Iglesia de Inglaterra, están dando de espaldas a su antigua fe y han decidido volver a la Iglesia de Roma.


Además de la beatificación de Newman, el Papa ha estado con la reina Isabel II, con el heredero al trono, el Príncipe Carlos, y con los responsables de la Iglesia anglicana para tratar de limar asperezas y de profundizar en un sano ecumenismo y diálogo entre ambas confesiones, al fin cristianas las dos, con las diferencias conocidas, pero con idénticos destinos: el amor a Dios y al prójimo.


Hubo cierto temor a que se cometiera algún atentado contra la vida del pontífice, pero gracias a Dios esta amenaza no ha llegado a materializarse. Lo triste es que el Papa ha sido denigrado, burlado e insultado por muchas personas, a cuento de su pasado y de los penosos casos de pederastia, por los que ya ha pedido perdón en nombre de toda la Iglesia en numerosas ocasiones, cosa que no hacen otros colectivos cuando se ven en semejantes circunstancias. Ha sido triste leer a ciertos 'periodistas', no sólo ingleses, sino españoles también, lanzando insultos e improperios gratuitos contra el Papa y su labor en la Iglesia. Allá ellos con su inquina y su mala educación.


Creo no equivocarme al calificar como un éxito esta visita de su Santidad a Reino Unido y estoy seguro de que si el gran Chesterton hubiera vivido para verla se habría sentido muy identificado con la figura bondadosa, sencilla y humana de Benedicto XVI porque, al igual que pedía el Cardenal Newman, hoy ya beato, el Papa sabe que 'el corazón habla al corazón'.

Que Dios os bendiga a todos, amigos, y hasta pronto.

domingo, 29 de agosto de 2010

DE NUEVO, LOS CHESTERTONS

Con el regreso de las vacaciones, se impone volver al blog, para saludaros a todos, deseando que hayáis pasado un buen verano, o que lo paséis, si es que vais a tener las vacaciones en septiembre. Vuelvo con las pilas recargadas y muchas ganas de seguir escribiendo sobre Chesterton, las novelas de detectives y cualquier otro tema que se tercie. 

De hecho, uno de los libros que he podido leer este verano es el de Los Chestertons, de Ada Jones, la esposa de Cecil Chesterton. Ya que en una entrada anterior os prometí comentar este libro, aquí va la reseña. Se trata de un volumen de memorias, escrito durante los difíciles años de la Segunda Guerra Mundial, cuando Londres estaba siendo bombardeada por la aviación alemana y se temía por una victoria de los nazis. La autora, como ya escribí, era Ada Jones, periodista y escritora casada con Cecil, hermano menor de G.K. Chesterton. El libro está compuesto por 19 capítulos en los que la autora escribe cómo conoció a los hermanos Chesterton, cómo fue su vida de periodista a principios del siglo XX y termina con la muerte de Chesterton y de su esposa, Frances Blogg

Es un ameno recorrido por la vida íntima de los dos famosos hermanos, aunque no exento de ciertas críticas que luego señalaré. 

Comienza tratando sobre la vida en Warwick Gardens, la residencia de los padres de los Chestertons, Edward, apodado por todos como Míster, y Marie Louise, la madre, por quien Ada Jones sentía un cariño muy especial. De hecho, a ella es a quien dedica los mayores elogios del libro, destacando su inteligencia, su buen gusto y la buena educación que supo inculcarles a los dos hermanos. 

La autora revela muchos datos de la vida familiar en Warwick Gardens: la afición de Edward por el diseño de teatrillos de juguete y otras manualidades o lo concurridas que eran las fiestas en casa de los Chestertons, siempre llena de amigos y familiares. En aquella casa, Ada Jones compartió muchos momentos con la que luego sería su familia y, en especial, con su futuro esposo, Cecil.

Por sorprendente que pueda parecer, aunque llevaban mucho tiempo como novios, Ada tardó mucho en darle el "sí quiero" a Cecil. Tuvo que llegar la Primera Guerra Mundial, en la que Cecil se alistó como voluntario, para que ella aceptase casarse. Es muy emocionante cómo cuenta cada encuentro que tenían, él con su uniforme y ella enamorada. Antes la autora nos relata cómo Cecil fundó junto con su gran amigo Hilaire Belloc el periódico del Eye Witness, que denunciaría la corrupción en la política inglesa de aquellos años. La más célebre de aquellas denuncias fue la del caso Marconi, cuando Cecil y los periodistas del Eye Witness acusaron a varios miembros del gobierno de beneficiarse con la venta de acciones y de comprar títulos nobiliarios. Por aquellas denuncias, Cecil fue juzgado y, cuando todos creían que iría a prisión, la cosa quedo en una multa, algo que enfadó bastante a sus enemigos, los hermanos Isaacs. Fue una gran victoria de Cecil y del Eye Witness

Aquellos años de Fleet Street, la calle donde antaño estaban las redacciones de todos los periódicos ingleses, aparecen retratados por Ada Jones con una mezcla de melancolía, nostalgia y satisfacción por el deber cumplido. La autora menciona muchas veces a lo largo del libro que esa fue una de las épocas más felices de su vida y que tan solo sintió que Gilbert Chesterton tuviera que mudarse de Londres hasta Beaconsfield, donde según ella estaba exiliado y no volvería a ser el mismo, tan chispeante y agudo como antaño. Hay que señalar que fue Frances la que obligó a su marido a salir de Londres, pensando en su salud, y en que el bullicio de los pubs y de la comidilla periodística le afectaría. Pero eso es algo que Ada Jones vio entonces con malos ojos y así lo deja escrito varias veces en su libro. Según ella, esa especie de exilio acabó en parte con el genio de Gilbert, ya que sus mejores obras las escribió antes. Esta opinión es discutible, aunque puede que no le falte algo de razón a la autora.

La Primera Guerra Mundial trastornó la vida de Cecil y tuvo que ser su hermano quien se hiciera cargo del periódico, aunque según Ada Jones no estaba tan capacitado como Cecil para la dirección y administración del diario, el cual cambió con los años su nombre, llamándose New Witness para terminar como el G.K.'s Weekly (El semanario de G.K), para aprovechar la enorme fama del autor. Ada continuó colaborando con el diario refundado, pero siempre lamentó la ausencia de Cecil. En efecto, cuando la Primera Guerra Mundial terminó, Cecil estaba enfermo en Francia y Ada apenas tuvo tiempo de llegar hasta el hospital donde se encontraba para despedirse de su agonizante esposo. Leer las páginas donde relata los últimos momentos de Cecil es de lo más emocionante del libro. Como tributo en memoria de su esposo, Ada impulsó la creación de unas casas donde las mujeres sin empleo y sin familia podrían ser acogidas y cuidadas: se llamaron las "Cecil House" y dieron calor a muchas de aquellas mujeres abandonadas o que habían perdido a sus maridos en la guerra.

También resulta interesante leer lo que la autora nos cuenta acerca de la intimidad de los Chestertons, de su ingenio en las mil y una polémicas en las quese vieron envueltos, o del arte con el que escribían, cantaban o hacían teatro. Así, comenta que a Gilbert le gustaba escribir en habitaciones muy pequeñas, tal vez porque en ellas lograba concentrarse mejor.

Sin embargo, me parece que en el libro sobraban ciertos comentarios acerca de la vida conyugal del matrimonio entre Gilbert y Frances. La autora deja entrever que la influencia de Frances sobre su marido no siempre fue buena para él, y sobre todo, lo que me parece muy grosero por su parte, sugiere que ambos nunca llegaron a realizar el acto amoroso, por culpa de los dolores de espalda de Frances y del excesivo respeto que le tenía Gilbert. Ese comentario es algo de tan mal gusto que Ada Jones podría muy bien el habérselo ahorrado. No obstante, siempre sintió cariño hacia esta pareja y creo que por este desliz no debemos juzgar demasiado duramente a la autora.

Más allá de estas intimidades escabrosas, el libro rezuma datos de sumo interés para todos aquellos aficionados a la vida y a las obras de los hermanos Chesterton. Estoy seguro de que, si llegáis a leerlo, no os defraudará, porque también es un ameno testimonio de toda una época bien reflejada por su autora en todos los campos, desde la política al arte pasando por la literatura.

Os invito a que lo leáis, si tenéis tiempo y ganas, pues estoy convencido de que no os decepcionará y podréis conocer mejor cómo eran los Chestertons.

Que Dios os bendiga, Nuestra Señora os proteja y paséis unos días felices junto a las personas que os quieren. Hasta muy pronto, amigos.

lunes, 19 de julio de 2010

¿ESTAMOS DE ACUERDO?

Hace unos días, dando una vuelta por una enorme librería de Madrid, sin buscarlo para nada me topé con un tomito que me llamó la atención en seguida al ver en su portada el nombre de Chesterton. Siempre que voy a una biblioteca, librería o cualquier establecimiento que tenga libros echo un vistazo a ver si tienen algo de Chesterton. Pues bien, aquel librito se titula ¿Estamos de acuerdo? (Do we agree?) y contiene un debate mantenido por Gilbert Keith Chesterton y George Bernard Shaw en presencia de Hilaire Belloc. La edición española es de mayo de 2010, o sea que acaba de salir de la imprenta, como quien dice. El debate, en cambio, tuvo lugar muchos años antes: en 1923, aunque no pasó a letra impresa hasta 1928.

Chesterton y Bernard Shaw se hicieron muy famosos en la sociedad inglesa de su tiempo (sobre todo en la sociedad londinense) por las polémicas y debates que sostuvieron, a veces desde sus correspondientes periódicos y libros, a veces en público, en forma de debates y conferencias. Este debate fue uno de los más sonados y, por extraño que parezca, no sabemos quien tuvo la acertada idea de ponerlo por escrito y dárselo a la editorial Palmer (en España lo ha publicado la editorial Renacimiento, de Sevilla). Sea como fuere, gracias a ese anónimo transcriptor, podemos gozar de ese debate, después de tantos años pasados. La traducción española ha sido realizada por Victoria León y precede al texto del debate un prólogo de Enrique Baltanás.

Pero ¿de qué trata el debate? De muchas cosas, pero sobre todo trata acerca del distributismo, el movimiento político fundado por Chesterton, Belloc y otros, basado en la doctrina social de la Iglesia Católica, establecida con la Encíclica Rerum Novarum (1891), del papa León XIII. El debate trata sobre capitalismo, comunismo, socialismo y distributismo; sobre los medios de producción; sobre la nacionalización de las minas en Inglaterra; sobre la democracia y la tiranía; sobre las controversias religiosas entre católicos y protestantes y sobre más temas, algunos de los cuales siguen conservando interés para los lectores de hoy.

El libro se lee con mucha facilidad y es entretenido asistir, aunque sea metafóricamente, al debate entre Chesterton y Shaw porque sus agudas argumentaciones están trufadas de humor, ironía e ingenio. Como muestra, os entresaco un momento del debate:

MR. SHAW.-"[...] En ciertos momentos del discurso de Mr. Chesterton he tenido la tentación de levantarme y golpearle con él [con un paraguas] en la cabeza. Tal vez en este momento me sienta tentado a hacer lo mismo con Mr. Belloc. Pero si abusara de mi derecho a hacer lo que quiera con mi propiedad -mi paraguas-, no tardaría en recibir la advertencia -seguramente mediante el puño de Mr. Belloc- de que no puedo tratar mi paraguas en cuanto propiedad mía del mismo modo que un terrateniente puede tratar su tierra. Yo deseo acabar con la propiedad para que la posesión y el disfrute alcancen su grado más alto en todos los sectores de la comunidad [...]"

MR. CHESTERTON.-"De toda la confusión de desconcertantes falacias que Mr. Shaw acaba de ofrecernos, prefiero empezar por la más simple. Cuando Mr. Shaw se abstiene de golpearme en la cabeza con su paraguas, el verdadero motivo -aparte de su auténtica bondad [...]- no es que no posea la propiedad de su paraguas, sino que no posee la propiedad de mi cabeza".

En ese tono tan cordial y jocoso transcurre el debate, que fue presentado por Hilaire Belloc, al cual le correspondieron también las palabras de cierre.

Uno mira los debates de la televisión, sobre todo las agrias y vocingleras tertulias del corazón, y lo compara con este tipo de charla amistosa entre escritores de la talla de Shaw, Chesterton y Belloc y no puede por menos pensar que se ha perdido esa forma elegante de discutir. Por supuesto, después de leído el debate, se saca la conclusión de que en pocas cosas estaban de acuerdo Chesterton y Shaw, pero al menos sí coincidían en algunas cosas y esas son cosas tan importantes como la defensa de la libertad o la búsqueda de la verdad.

Espero que os haya podido interesar lo que os he contado acerca del debate entre Chesterton y Shaw. Estoy seguro de que, si lo leéis, os gustará mucho y os enriquecerá. 

En fin, amigos, quisiera deciros que durante parte del mes de agosto estaré de vacaciones. Os deseo que paséis unas felices vacaciones, que disfrutéis de esos días de descanso, que leáis y compartáis buenos momentos con vuestras familias y amistades. Que Dios os bendiga y hasta pronto, amigos.

martes, 6 de julio de 2010

LOS CHESTERTONS

Por una de esas casualidades de la vida, ayer me encontraba acompañando a mi mujer en la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid y nos acercamos a la Librería porque ella buscaba unos libros para un trabajo de investigación que está realizando. Aproveché el momento para ver qué libros de Chesterton podrían tener y descubrí que contaban en sus vitrinas con un montón de volúmenes del escritor inglés pero lo que no podía sospechar es que encontraría un libro detrás del que andaba desde hacía algún tiempo. 

Se trataba de Los Chestertons (The Chestertons, cuya edición original es de 1941; la traducción española es de 2006, publicada por la editorial Renacimiento, con la traducción de Miguel Rivera y prólogo de José Julio Cabanillas), un volumen de memorias escrito por Mrs. Cecil Chesterton, es decir, la esposa de Cecil Chesterton, el hermano menor de Gilbert, y que se llamaba Ada Jones.

Ada Elizabeth Jones (1888-1962) era una joven periodista inglesa que en los primeros años de siglo conoció a los hermanos Chesterton en la famosa Fleet Street, la calle donde estaban la mayoría de los periódicos ingleses de la época. Con ellos y también con su familia, con los padres de aquellos dos hermanos, Edward Chesterton y Marie Louise Grosjean, compartió muchos momentos de su vida. Esos recuerdos fueron los que reunió en su libro sobre Los Chestertons, donde dio a conocer detalles inéditos sobre el carácter de los hermanos y en el que nos refiere anécdotas poco conocidas. 

En la introducción del libro nos adelanta que se había escrito muy poco sobre las facetas humanas del carácter de Gilbert: "su gozo en juegos pueriles; la grandeza de su conversación íntima; su locuras juveniles". Asimismo, nos descubre la personalidad de Cecil, su esposo, para contarnos "las causas por las que luchó con ardor, las manifestaciones de su valor y resistencia, la irresisitible atracción de su personalidad..." Por estas razones y, como retrato de toda una época, la del fin de la era victoriana y la de la Gran Guerra de 1914, así como los periodos que las precedieron y siguieron, este libro es una lectura muy recomendable para todos aquellos que se interesen por ambos escritores ingleses y por su historia.

Ada Jones escribió el libro en pleno desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, cuando ya ambos hermanos habían fallecido (primero Cecil, por culpa de la enfermedad de las trincheras que murió en Francia en 1918; Ada apenas tuvo tiempo de ir a ver cómo su esposo expiraba; más tarde, Gilbert, en 1936, poco antes de que empezase la Segunda Guerra Mundial). 

Ada Jones redactó el libro bajo los bombardeos alemanes y se vio obligada a abandonar su casa, bajo amenaza de ruina, dejándose allí el manuscrito. Más adelante pudo volver y, en un acto de valentía, pudo recuperar las notas que iban a componer el libro sobre Los Chestertons. A ese coraje le debemos la posibilidad de conocer el lado íntimo de los hermanos Gilbert y Cecil Chesterton, así como anécdotas de su familia y del mundo periodístico de la Inglaterra del primer tercio del siglo XX.

Espero que este leve anticipo de reseña os haya parecido interesante. Como es evidente, aún no he podido leer el libro completo, pero cuando lo haga publicaré una reseña como Dios manda para ofrecérosla aquí. Será una de mis lecturas de verano. Es que me hacía ilusión el daros noticia de este pequeño descubrimiento. 

Os deseo que paséis un feliz verano, que descanséis, que leáis libros y compartáis buenos momentos con vuestras familias y amigos. Hasta muy pronto. Que Dios os bendiga.

lunes, 28 de junio de 2010

FRASES CÉLEBRES COMENTADAS

De nuevo con todos vosotros, queridos amigos chestertonianos, por estos rincones de la blogosfera, y una vez más con otra entrega de frases célebres comentadas. 

En esta ocasión he elegido a uno de los grandes "rivales" dialécticos de Chesterton. Me refiero al autor de algunas de las más conocidas e ingeniosas novelas inglesas de ciencia ficción del siglo pasado: Herbert George Wells (1866-1946), el creador de obras como La máquina del tiempo, La guerra de los mundos, El hombre invisible o La isla del Dr. Moreau, entre otras muchas. 

Chesterton e Hilaire Belloc fueron decididos oponentes de algunas de las ideas de Wells, que pertenecía a la Sociedad Fabiana, es decir, el gérmen del partido laborista o socialista de Inglaterra. Se oponían, en particular, a las ideas políticas de Wells y a su concepto de la historia de la Humanidad, expresado en la obra The Outline of History: Being a Plain History of Life and Mankind (1920), a la que Chesterton replicó con su The Outline of Sanity (1927) donde expone sus teorías sobre distributismo. 

Pero no es de todo ello de lo que quería hablaros. Esta ha sido una leve introducción a Wells y a su relación con Belloc y Chesterton que, no obstante la diferencia de ideas, siempre fue cordial y amistosa. Quería traeros algunas de las más célebres frases de Wells para comentarlas. Helas aquí: 

1.-Nuestra verdadera nacionalidad es la humanidad. Es un pensamiento muy acertado y, sin duda, creo que incluso Chesterton habría estado de acuerdo con su compatriota. Hoy que vivimos en tiempos de exacerbados nacionalismos (por cierto, parece que ya salió adelante la sentencia del tribunal Constitucional sobre el malhadado Estatuto de Cataluña), pensar que nuestra única nacionalidad es justo la humanidad resulta alentador. 

2.-La historia humana es cada vez más y más una carrera entre la educación y la catástrofe. Podemos ver aquí cierto pesimismo por parte de Wells, pero no deja de tener razón: la historia humana, sobre todo la del siglo XX, ha sido una sucesión de catástrofes con algunos periodos de paz y de ilustración. Esa lucha entre ilustración y barbarie tal vez se repita hasta el fin del mundo y sea connatural a la especie humana. No sabemos vivir sin pelearnos... 

3.-Éxito: esa cosa vulgar, de mal gusto e irritante que tantos envidian. Todos queremos tener éxito en la vida, ser respetados por nuestros semejantes, ser queridos, que se nos escuche. Y muchos, sin duda, quieren tener éxito. Hoy más que nunca, que vivimos en la sociedad de la imagen, parece que sin éxito eres un don nadie. Para Wells el éxito (y él lo disfrutó con creces) era algo de mal gusto. En cambio, en nuestros días cuántas personas suspiran por tener ese éxito en la vida.

4.-La juventud vive de la esperanza; la vejez, del recuerdo. Así parece ser. Mientras somos jóvenes todo nos parece esperanzador,  alegre, vital. Estamos plenos de fuerza y de optimismo y nos vemos capaces de lograr lo que nos propongamos. Luego llega la vejez y nos asienta el cuerpo y el espíritu. Nos quedan los recuerdos de lo conseguido y de lo que se pudo conseguir. 

5.-El amor es la cosa más grande de todas, mucho más que la misma fama. Creo que todos estaremos de acuerdo en que no hay nada más grande, ni más poderoso, ni más sublime y necesario para el ser humano que el amor. Sin amor no somos nada. Uno puede ser el hombre más famoso y aclamado del mundo que, si le falta el amor, no tiene nada y le falta todo.

Nada más por ahora. Espero que estas frases os hayan gustado. Cuidaos mucho y que Dios os bendiga.